David Bisbal | Palau Sant Jordi | 16/06/2018
Se nota que David Bisbal se encuentra bien. Que disfruta y hace disfrutar. Que es capaz de sorprender a su público desde el mismo momento en que pisa el escenario.
Es difícil hacer tu décimo Sant Jordi e innovar y no caer en lo fácil. David tiene esa virtud, que aunque sea un artista consagrado internacionalmente, con una trayectoria más que respetada, es capaz de arriesgar e innovar en cada concierto. Una demostración de ello es el inicio del concierto de esta gira.
No os desvelaremos cómo es la salida al escenario para que vosotros mismos viváis esa experiencia, pero lo que sí que os podemos adelantar es que estéis muy atentos para que no os perdáis ni un detalle, porque es espectacular.
Elegante, con traje rojo y camisa blanca, se lanzó a cantar «Quién me iba a decir» por la pasarela, con muestras de cariño para sus fans y mucha complicidad.
Estaba radiante, no sólo por el espectáculo visual de luces, sino por la felicidad que desprendía. Se movía de un lado a otro del provocador encendiendo al público. Y es que Bisbal derrocha energía y pasión por cada poro de su piel.
El ambiente se tiñó de rojo para subir la temperatura con «Fiebre».
El artista fue desplegando sus grandes éxitos a lo largo de la noche acompañado de una banda de lujo y de una puesta en escena brutal, que encandiló al público de todas las edades que no paraba de cantar y bailar.
Uno de los momentos más esperados y especiales de la noche, fue la colaboración con Aitana. Juntos emocionaron el Palau con «Mi princesa».
Al final del show se volvió a los orígenes con «Bulería», «Ave María» y «Oye el Boom», pero con unos sonidos totalmente renovados y eléctricos. Una buena forma de acabar la fiesta, por todo lo alto.
Fotografías y texto: Cristina Ruiz (@unnika)