… En cada momentito
Que tú me tienes y estás conmigo
Lluvia de estrellas que se disparan
Dilo bajito que me hace falta… (Ver vídeo)
No lo vamos a decir bajito. Lo vamos a gritar a los cuatro vientos. Como dice su canción Uno X uno, una lluvia de estrellas se disparó ayer en Cambrils para acompañar a Manuel Carrasco en una noche de verano mágica que sirvió para cerrar por todo lo alto la 43 edición del Festival Internacional de Cambrils.
Había mucha expectación. Una larga cola y carreras en la entrada para presenciar en primera fila el que, según palabras del cantante, es el único concierto que este año hará el onubense en Catalunya.
El show empezó puntual y con las enérgicas Tambores de guerra y Aprieta. El de Isla Cristina se paseaba por el escenario y «subía» al público que se dejaba la voz cantando sus temas.
Al finalizar sus dos primeras canciones aprovechó para saludar a la gente de Cambrils:
«Muy buenas noches Cambrils. Muchísimas gracias por venir. Estic molt content d’estar per aquí….»
A continuación, bajó el ritmo para cantar con el alma la romántica Y ahora, de su álbum Tercera Parada. Y llegó el momento de dedicarle una de las canciones a «su niña». Un poema que había escrito en cuadernos, al que le puso melodía al piano y salió una de las canciones más bonitas de Manuel, Pequeña sonrisa sonora. En esa atmósfera tan emotiva, enlazó con Mujer de las 1000 batallas, una canción escrita para ayudar a aquellas personas que no pasan por buenos momentos, para que sigan luchando.
Volvemos al amor más apasionado y potente con Yo quiero vivir que canta con los coros a toda voz del público.
Y tu y tu, tu, tu, tu, tu, tu, señala a todos los seguidores de primera fila uno a uno. «Quiero veros. Manos arriba» – gritaba Manuel. El público enloquecía con Tan solo tú.
«Cambrils, me concedes este baile. Vamos juntos a Bailar el viento».
El amor volvía a estar presente en la noche con esta balada, que daba paso a toda una declaración de intenciones con «Uno X uno». Con «Menos mal», a piano y voz, y el acompañamiento a la armónica de su primo David, se escucharon los primeros «olé» entre el público. Era momento de flamenquito acústico. Sonó la sentida copla de Yo te vi pasar entre «Guapos!» del público y enlazó con Soy afortunado, con otro guiño a su pequeña, donde cambió la letra «tengo una risa con dos añitos» por «tengo una risa con dos mesecitos». Puro arte y pasión ante la guitarra. Una delicia para los oídos.
Con No dejes de soñar, el andaluz animó a acompañar la melodía con la luz de los móviles (ver vídeo).
Se acercaba el final y Manuel Carrasco aprovechó para presentar a todo su equipo y su banda. Una banda de músicos que suenan a la perfección juntos, que transmiten complicidad y buen rollo, que se divierten, que disfrutan y nos hacen disfrutar.
«Moltes gràcies Cambrils» – se despedía con Que nadie, antes de los bises.
Cuando volvió, lo hizo sentado al piano, para cantar a piano y voz en uno de los momentos más íntimos de la noche.
Sonaban los éxitos Ya no y Amor planetario enfilando el final del concierto.
Un poco de humor, cuando desde primera fila le lanzaron un piropo a «su culito», que llamó la atención del cantante justo antes de dedicarle una bulería a Cambrils junto a su primo David al cajón.
Con el Bar de los pesares y Siendo uno mismo, su puso punto y final a una noche con emociones a flor de piel y compadreo en estado puro.
Texto y Fotos: Cristina Ruiz (@unnika)