El “Mal Querer Tour” de Rosalía está llegando a su fin. La catalana ofreció ayer uno de los últimos conciertos de su gira en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Hoy repetirá escenario y pondrá el broche final en el Wizink Center el próximo Martes 10.
Sin duda alguna ha sido uno de los directos del año. La expectación por ver a la de Sant Esteve Sesrovires era máxima. El afortunado público, que se había podido hacer con las entradas del concierto, estaba impaciente. Hacia las 20h, el bailaor flamenco “El Polito”, que también había abierto los conciertos de Londres y París, fue el encargado de amenizar la espera de los allí presentes. El flamenco se respiraba ya antes de empezar el show. Toda una declaración de intenciones.
En el ambiente previo al concierto “Ni más ni menos” de los Chichos y “Como el agua” de Camarón de la Isla sonaban entre los gritos de “Rosalía, Rosalía”.
Se apagaron las luces y, tras la intro, el show arrancó con “Pienso en tu mirá”, que fue acogida con entusiasmo por los 15.000 espectadores que llenaban el Sant Jordi. Sobre un escenario teñido de rojo, Rosalía acompañada de sus seis bailarinas, dirigidas por Charm la Donna, sincronizaban sus movimientos en coreografías de vértigo. “El Guincho” a un lado del escenario y los coros al otro lado, completaban la escena.
Después del inicio por bulería, la catalana dió un giro y enlazó con el rap aflamencado de su último single “A palé”.
A continuación se dirigió al público visiblemente emocionada para agradecerles su confianza:
“Estic molt feliç d’estar aquí a la meva ciutat. Déu meu hi ha tanta gent… Déu del Cel. Està tan ple. Quin honor. moltes gràcies. Gràcies a tots els que esteu aquí per compartir això amb nosaltres.”
“De madrugá”, producido por Pharrell Williams, dio paso a uno de los momentos más especiales de la noche, iluminando el estadio con “Barefoot in the Park”.
Rosalía aprovechó para agradecer a Chiqui de la Línea, su profesor de flamenco en el Taller de Músics y en la ESMUC, que estaba presente en el concierto, que le haya enseñado todo lo que sabe de este arte.
“Yo no sabía nada y él me enseñó todo. Todo lo que yo sé de flamenco me lo enseñó él y fue muy generoso y te quiero mucho Chiqui.”
El momento emotivo y más íntimo del concierto llegó con “Catalina”, tema de su anterior trabajo “Los Ángeles”, cantada a capela, demostrando una gran calidad vocal y enmudeciendo un Sant Jordi que contuvo la respiración, quedando completamente rendido a sus pies.
Entre palmas aprovechó para hacer un guiño a las Grecas con “Te estoy amando locamente”, mientras se proyectaba en las pantallas el texto de la canción en un mensaje de whatsapp.
El flamenco con tangos malagueños de “Di mi nombre” se apoderó del público, que bailaba y coreaba el ”Ay ali, ali, ali, yali, ya”. Rosalía aprovechaba la proyección de un vídeo en el que se veía a ella rapeando para coger fuerzas para el último tramo del concierto. Y lo hacía con uno de los hits más esperados de la noche: “Milionària”. El Sant Jordi enloqueció y quedó atrapado por su presencia arrolladora.
Una espectacular triángulo láser se proyectó sobre el escenario en “Lo Presiento”.
Rosalía seguía interactuando con el público. Esta vez les preguntaba qué contestaban si les dice “Yo x Ti. Se desataba la locura de nuevo, que continuaría con “Con altura”.
De nuevo agradeció a los asistentes su apoyo:
Ha sigut el millor any de la meva vida i ha sigut gràcies a vosaltres.
“Aute Cuture” encendió el Palau. El público contestaba “bájale” a cada frase de la catalana.
Tras una hora y media de concierto y más de veinte canciones, se ponía punto y final a un show fresco, cargado de ritmo y que no dejaba a nadie indiferente. Como no podía ser de otra manera “Malamente” era la canción escogida para cerrar la noche.
Rosalía dejaba claro por qué es nuestra diva más internacional. Tiene ese magnetismo que te hechiza desde el primer momento en que pisa el escenario hasta que se despide. Larga vida al Trá Trá.