DATOS DEL CONCIERTO
Artista: Steve Rothery
Promotora: Neverland Concerts
Fecha: 27 de septiembre de 2024
Lugar: Razzmatazz
Fotografías: Ramón Hortoneda | Crónica: Jaume Gironella
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Steve Rothery en Barcelona: algo más que una inmersión en la época dorada de Marilion
Neverland Concerts anunció a principios de año uno de los eventos más esperados de la temporada: Steve Rothery, guitarrista y fundador de la mítica banda de rock progresivo Marillion, ofrecería dos conciertos muy especiales en Barcelona. Ambas fechas prometían ser únicas, con repertorios diferentes para cada noche, en los que Rothery rendiría homenaje a los clásicos de los primeros discos de la emblemática banda británica. Finalmente, los conciertos, inicialmente previstos para la sala Razzmatazz 2, se trasladaron a la sala principal, una mejora significativa para un evento de tal magnitud.
La primera noche, el viernes 27 de septiembre, Rothery deleitó al público con la cara A del legendario Misplaced Childhood (1985), el álbum que catapultó a Marillion al estrellato internacional. Canciones como «Pseudo Silk Kimono», «Kayleigh» y «Lavender» resonaron en la sala, transportando a los asistentes a la década dorada del rock progresivo. Además, Rothery ofreció una ejecución íntegra de la cara A de Clutching at Straws (1987), otro clásico indiscutible. La combinación de estos dos trabajos fue un regalo nostálgico para los fans de Marillion, quienes corearon cada estrofa con devoción, acompañando al carismático Martin Jakubski, vocalista de StillMarillion, que, con su simpatía y su voz potente y emotiva, conectó instantáneamente con la audiencia y revitalizó los clásicos con su energía única.
Previamente, la apertura con «Morpheus» y «Old Man of the Sea», ambas del álbum The Ghosts of Pripyat, fue una delicia para los oídos más exigentes. La guitarra de Rothery tejió melodías hipnóticas y envolventes, creando una atmósfera que preparó el terreno para el explosivo regreso a la época dorada de Marillion.
Steve Rothery llegó acompañado de una gran banda. Riccardo Romano, cuyos teclados añadieron profundidad y textura a cada canción, ejecutó perfectamente los preciados riffs de Mark Kelly. Dave Foster, con su simpatía y maestría en la guitarra, complementó a la perfección el sonido de Rothery. Protagonizó la anécdota de la noche cuando, antes de iniciar «Just for the Record», desapareció brevemente del escenario pensando que no participaba en el siguiente tema. Steve lo llamó de vuelta y, entre risas y aplausos del público, Foster se reincorporó rápidamente a la banda. Leon Parr, en la batería, y Yatim Halimi, en el bajo, mantuvieron un ritmo sólido sobre el cual las melodías de Rothery flotaban libremente.
Aunque la mayor parte del concierto estuvo dedicada a los clásicos de la primera época, también hubo un pequeño espacio para algún tema de la etapa post-Fish.
Este mismo fin de semana, para suerte o desgracia de los amantes del progresivo, coincidió con el festival Be Prog! My Friend, otro evento de gran relevancia. Este solapamiento puso a los aficionados frente a una difícil elección, pero también destacó la vibrante escena del rock progresivo en Barcelona actualmente.
Neverland Concerts, en gran medida responsable de este gran éxito, ha sido clave apostando por grandes referentes del progresivo en los últimos años, y se espera que continúen trayendo más en el futuro.
La expectación era máxima desde el anuncio de estos conciertos, y Rothery no decepcionó. Además de las piezas ya mencionadas, el setlist incluyó joyas de los primeros álbumes de Marillion, como «Forgotten Sons» de Script for a Jester’s Tear (1983) y «Cinderella Search» de Fugazi (1984), que formaron parte del encore. Me emocionó volver a escuchar en directo «Forgotten Sons» después de 39 años, cuando Marillion actuó por primera vez en Barcelona en junio de 1985, en la ya desaparecida Sala Cibeles. La elección de cerrar con estos clásicos ofreció un final épico a una noche que ya se había ganado su lugar en la memoria de todos los presentes.
Al reflexionar sobre la magnitud de la carrera de Steve Rothery y esos casi 40 años que llevo escuchándolo, no puedo evitar recordar una de sus citas, con la que, como músico, me conduce a un gran debate: «La finalidad de hacer música es mantenerse vivo aun cuando ya no estés en este planeta. La idea como músico es que tu obra sea funcional o signifique algo para alguien más. Puede parecer un poco de arrogancia, pero la idea es que con tu música logres la inmortalidad.»
Mañana, más…